Me arrastro por el sofá. "¿Qué hora es?", pienso confusa.
Veo que aún queda una hora.
Mis ojos color miel se mueven por toda la habitación buscando el libro.
El suelo está desordenado, las estanterías, por el contrario, están más vacías que nunca. Me pongo las zapatillas de playboy, "Menudo regalito, Sergio", pienso mientras me rasco el cabello.
"Juraría que antes de dormirme lo vi"
Ahí está. Lo escondo debajo de un chaquetón verde y salgo a la calle corriendo.
En la puerta me esperan y me apuntan, pero estoy entrenada y les esquivo.
En cada esquina se esconde un nuevo peligro, como esa abuela que casi me arranca el brazo.
Por fin llego a la editorial, saltando los últimos flashes, y saco el libro de tapas negras.
-Ya no saben a quien contratar para robar la primicia- digo satisfecha al saber que pronto se publicará mi segundo libro.
-Enhorabuena.
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